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BIOCOMBUSTIBLE... Y AHORA DE COCO

Los residentes de la isla de Bougainville, en Papúa Nueva Guinea, han encontrado una solución propia para combatir los altos precios del combustible: el aceite de coco.

Hasta el momento los habitantes de esa isla del archipiélago de Salomón en el Océano Pacífico han estado dependiendo de importaciones muy costosas de combustible.
Pero ahora están desarrollando una alternativa que ha generado interés fuera de las fronteras isleñas: han creado mini-refinerías que producen aceite de coco como reemplazo de la gasolina.
 
Desde policías hasta sacerdotes, la población de Bougainville está llenando los tanques de sus vehículos con combustible de coco.
Matthias Horn, un emigrante alemán graduado de ingeniería, opera una de estas mini-refinerías.
"A veces -explica- me llaman el Alemán Loco porque dicen que cómo puedo hacer eso a mi vehículo... Llenar el tanque del vehículo con el 'agua de coco' que normalmente se usa para cocinar".

Eco-coco

En palabras de Horn, "el cocotero es un árbol maravilloso y el combustible de coco huele bien y no contamina el medio ambiente".

Según él, su trabajo ha despertado interés en Irán, y se cree que la producción igualmente ha generado curiosidad en Europa.
Refinerías como la de Horn también elabora aceites para cocinar, jabones y artículos de cosmética.
Sin embargo, el uso del combustible de coco como fuente de energía no es nuevo en Bougainville.
La isla padeció años de agitación política durante la cual miles de personas murieron luchando por la independencia en la década de los noventa.

 

Alex Márquez - "Subir haciendo subir a los demás..."